lunes, 5 de junio de 2006

Persecución mediática

Las neuronas de los propagandistas del oposicionismo se han activado para pensar qué, cuándo, dónde, cómo chotearle cada una de las actividades que haga Chávez, aunque sea a posteriori.

No fue un berrinche el intento de enlodar la imagen del país frente a los ministros de la OPEP con motivo de la cumbre realizada en Caracas. Se trata de un capítulo en un esfuerzo sostenido, bien financiado y mejor divulgado en su puesta en escena.

Se la jugaron llamando a un guarimbazo.

Que no encontraron mayor eco, es cierto; pero tercamente seguirán insistiendo porque las órdenes llegadas del Norte, precedidas de frescos dólares, son inapelables: se cumplen.

Otros capítulos de la historia que escribe el oposicionismo más recalcitrante se centran en aparecerse con cámaras de televisión, micrófonos en cada sitio donde ponga su planta Chávez para buscarle la quinta pata al gato y mostrarla en un aquelarre sin freno ni pausa. Por ejemplo, el Presidente coloca la piedra fundacional de la Urbanización Terrazas del Alba en San Agustín y da inicio a los trabajos de construcción de otras urbanizaciones y decreta el Plan Caracas Bella Caracas. El oposicionismo se deslengua gritando que el Gobierno malquiere la ciudad capital; niega por adelantado el Metro de Los Teques, jura que no habrá tren Caracas–Valles del Tuy, da por hecho que el Guaire no será rescatado... Está tan alineado el oposicionismo que ha llegado al extremo de echar a correr el rumor de que La Villa del Cine es un montaje. Quizás pronto se le ocurra afirmar que el segundo puente sobre el Orinoco es de utilería o que la extensión de la frontera agrícola es pura ficción o que los centros de diagnóstico integral son animación de computadoras.

En esa acción de persecución mediática las sinapsis de los opositores creen haber dado con un ¡eureka! para deslucir cada edición de Aló, Presidente. El plan es sencillo. Mientras transcurre el programa los laboratorios de propaganda oposicionistas experimentan para encontrar la fórmula de cómo descalificar cada afirmación que vaya haciendo Chávez.

Si el Presidente informa que la demanda de los productos distribuidos por la red Mercal es tan alta que los mismos se agotan rápidamente y es necesario aumentar la frecuencia de las entregas desde los centros de almacenamiento, la oposición aúlla en primera plana: “Desabastecimiento” y muestran anaqueles vacíos de donde minutos antes sacaron toda la mercancía en una típica operación de producción para televisión. De este modo, goebbelsiano por demás, buscan bajar la credibilidad presidencial porque tienen fe en que la mentira repetida queda. No miden el efecto de la verdad de Chávez en la conciencia colectiva que ya está blindada a prueba de mentiras porque ahora los medios no tumban ni ponen gobiernos.

Ayer Chávez dio inicio a la Misión Árbol en el Parque Nacional Guaraira Repano o Ávila. A esta hora el oposicionismo hace cálculos, filma zonas deforestadas para comparar las imágenes con las que tomarán en noviembre porque juran que no habrá siembra de ningún árbol. Tal vez en cinco meses muestren en pantalla las mismas imágenes de hoy para poder decir que no hubo reforestación.

Chávez ha demostrado que frente a la persecución mediática está curado de espanto.

Aprendió del 11 de abril de 2002. Igual lección tiene en la conciencia la sociedad democrática que comprende por lo menos a 90% del país. Por más imágenes que truquen, descontextualicen, la persecución mediática no logra colonizar neuronas populares.

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